De abroganos y Nibelungos 2021

De abroganos y nibelungos

De abroganos y nibelungos

Sensacionales hallazgos de literatura alemana en monasterios austriacos

El descubrimiento de los fragmentos de los Abroganos de Admont en la revista de manuscritos de la abadía benedictina de Admont ha dado más que un titular. ¿Documentos de 1.200 años de antigüedad, inscritos con palabras en alemán, descubiertos en una caja de cartón? Un hallazgo sensacional. 

Incluso hoy en día, los monasterios son verdaderos tesoros cuando se trata de material escrito antiguo y raro. De vez en cuando sale a la luz algo nuevo y digno de mención: ésta era una buena oportunidad para reunir en una exposición hallazgos sensacionales de los monasterios austriacos. 

 

Abadía de Admont - De abroganos y nibelungos 2021 - Padre Prior Maximiliano

¿Quién no ha oído alguna vez las historias de Sigfrido y los Nibelungos, la lucha contra el dragón y una espada maravillosa? Los tres manuscritos más antiguos del "Cantar de los Nibelungos", que se encuentran en Múnich, San Gall y Karlsruhe, se incluyeron en 2009 en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO; la epopeya heroica se sitúa así a la altura de los cuentos de hadas de los hermanos Grimm, la Novena Sinfonía de Beethoven y la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg.   

 

Los nuevos hallazgos no son tan frecuentes, pero siempre van acompañados de un gran interés mediático. Por eso, el fragmento del Cantar de los Nibelungos hallado en la abadía de Melk en 1998 es una de las grandes sensaciones de esta exposición. Los "fragmentos de los Nibelungos" hallados unos años más tarde en Zwettl, que fueron muy explotados por los medios de comunicación, resultaron ser, tras un examen más detallado, una tradición temprana del "Erec" (novela heroica sobre un caballero del círculo del Rey Arturo) y quedaron así relegados a su lugar, por así decirlo, aunque ciertamente merecen su superlativo en la erudición.

La importancia de los monasterios austriacos 

Sin embargo, esta exposición también pretende llamar la atención sobre la importancia de los monasterios que siguen vivos hoy en día para el patrimonio cultural y literario de nuestra sociedad. Los nueve monasterios aquí implicados conservan textos de casi todos los ámbitos de la literatura cortesana altomedieval. No sólo están representados los grandes héroes como Parzival, Willehalm, Iwein o Alejandro, sino también los registros escritos más antiguos de una canción juglaresca de Walther von der Vogelweide, anotada en un antiguo salterio de la abadía de Kremsmünster. Estas piezas merecerían sin duda un reportaje sensacional.  

Walther von der Vogelweide, ¡el gran poeta y cantor de la Edad Media! ¿Cuánto se ha especulado sobre él, cuántos lugares se lo han apropiado? Aquí encontrará los testimonios escritos más cercanos a él en el mundo. 

Los abroganos de Admont 

En 2012, Martin Haltrich descubrió en Admont un fragmento parcialmente alemán. Se trata de dos trozos de pergamino (cada uno de unos 12 cm x unos 9-10 cm), que eran partes de una hoja que se utilizaba como cubierta de un libro y que se cortaron para este fin. 

Esto nos parece una barbaridad hoy en día, pero no era infrecuente en el pasado: La gente reciclaba el resistente pergamino porque ya no le interesaba el contenido (o ya no lo entendía). Nuestro fragmento se desprendió en 1963 durante la restauración de un libro, se fotografió y se añadió a la colección de fragmentos; podría haberse leído hace mucho tiempo, pero no se hizo hasta que se volvió a encontrar. Pero cuando se leyó, la sorpresa fue mayúscula: las palabras de los restos de hojas pertenecen al libro más antiguo en lengua alemana, el "Abrogans".

 

De abroganos y Nibelungos 2021

Con los monjes benedictinos se estableció la técnica cultural de la escritura en los actuales países germanófonos, y esta escritura era naturalmente latina. Esta nueva cultura de la escritura abrió la posibilidad de escribir la lengua alemana en letras latinas y así, a partir del siglo VIII, encontramos palabras, frases y pequeños textos alemanes como invitados en manuscritos latinos. Hasta entonces, las runas se habían utilizado como caracteres para la lengua vernácula, principalmente con fines rituales, pero no se empleaban para escribir libros, sino sólo inscripciones. Por otra parte, la literatura se recitaba oralmente, no por escrito, por lo que la tradición de los cantos heroicos, por ejemplo, está prácticamente perdida.

Los comienzos esporádicos de la escritura en alemán en los márgenes de los manuscritos latinos se convirtieron poco a poco en un interés sistemático, que finalmente desembocó en el primer libro alemán, el "Abrogans". Este "Abrogans" era originalmente un diccionario latino-latino. Traduciendo el vocabulario latino allí recogido al alemán, más concretamente al "alto alemán antiguo", fue posible elaborar por primera vez un diccionario alemán, y esta sensacional idea se hizo realidad a mediados del siglo VIII en la región meridional de habla alemana.

Desgraciadamente, el "original" de esta empresa no se ha conservado, pero han llegado hasta nosotros tres manuscritos, todos ellos fechados en torno al año 800. Estos manuscritos se conservan actualmente en St. Gall (Stiftsbibliothek, Cod. 911), en París (Bibliotheque Nationale, Ms. lat. 7640) y en Karlsruhe (Landesbibliothek, Cod. Aug.CXI). Con el fragmento de Admont, poseemos ahora otra pieza muy temprana, de alrededor del año 800, que presenta características completamente únicas.

 

MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA EXPOSICIÓN

Periódico del museo 2018

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