Concierto inaugural del 7º Otoño del Laúd de Admont
Comenzó con reflexiones sobre el poder de la música. El abad Gerhard inauguró así el 7º Otoño del Laúd de Admont en "su" colegiata, y el conjunto nortealemán "I Zefirelli" tradujo al sonido lo que el jefe del monasterio quería decir. Los conjuntos especializados -y los de música antigua no son una excepción hoy en día- muestran a menudo un asombroso nivel de pericia musical y virtuosismo. Los jóvenes músicos de Bremen a Hamburgo estuvieron a la altura de estas expectativas en todos los aspectos. El programa incluía obras de Henry Purcell, Arcangelo Corelli y G. G. Haendel, así como música folclórica del siglo XVII y canciones alemanas para bajo continuo. La velada fue, pues, agradablemente variada y los largos aplausos del numeroso público de la iglesia abacial de Admont fueron más que merecidos. Los organizadores del Lautenherbst también fueron aplaudidos. No son sólo los grandes acontecimientos de renombre los que conforman lo que llamamos un país de cultura, sino también las iniciativas más pequeñas, de las que afortunadamente hay muchas en este país y a las que se puede contar con razón el Lautenherbst de Admont. (Albert Wonaschütz)