Espiritualidad
La espiritualidad benedictina se basa en la Regla de nuestro Santo Padre Benedicto. Fundamental para la espiritualidad de la Regla es la primacía de Dios y el anhelo de buscar a Dios en la oración y en la comunidad humana. El centro de la espiritualidad benedictina es la persona y la Buena Nueva -el Evangelio- de Jesucristo. La espiritualidad benedictina afirma que toda la creación es buena y merece respeto y cuidado. En pocas palabras, es una espiritualidad de una forma de vida integral, vivida en comunidad según la Regla y bajo un superior.
En el centro de este estilo de vida está el cultivo de un corazón atento. El benedictino cultiva este corazón a la escucha escuchando y respondiendo a la palabra de Dios en la lectura espiritual de las Escrituras (lectio divina), en la oración común diaria de los salmos, en la celebración de los sacramentos y en las experiencias de la vida. La espiritualidad benedictina da sus frutos al servicio de la Iglesia y del mundo, promoviendo la justicia y la paz allí donde se necesitan.